
LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES
Stieg Larsson
Editorial Destino 2008
640 páginas
Precio $570
Es el primer volumen de una serie que se ha convertido en un fenómeno mundial.
El protagonista de la novela se llama Mikael. Ha trabajado durante mucho tiempo en una revista de sociología y de economía. Ese es su único currículo como «investigador». Sin embargo, en el ocaso de su vida recibe un encargo sorprendente. Un hombre llamado Henrik Vanger le pide que investigue una desaparición que se remonta muy atrás en el tiempo. La de su sobrina, que quizás fue asesinada. En cualquier otro momento de su vida Mikael, que ha sido una auténtica estrella del periodismo, hubiera renunciado, pero éste no es un momento cualquiera. Mikael tiene problemas con la justicia, está vigilado y encausado por una querella por difamación y calumnia. Detrás de la querella está un gran grupo industrial que amenaza con derrumbar su carrera y destruir su reputación. De manera que se hace ayudar por Lisbeth Salander. Lisbeth es una mujer turbadora, incontrolable, socialmente inadaptada, con todas las partes del cuerpo o bien tatuadas o bien perforadas por piercings. Pero tiene extraordinarias cualidades como investigadora, entre ellas una excelente memoria fotográfica y un extraordinario dominio informático que le permitirán encontrar lo inencontrable.
Stieg Larsson y la trilogía "Millenium"
El hombre detrás del fenómeno editorial de novela negra
Por Paolo Fava

Que el autor de moda lo sea de manera póstuma ha provocado algunos momentos embarazosos. El verano pasado, durante la cena de gala que ofrece la Crime Writers’ Association, se oyó llamar a grandes gritos a Larsson para que participara en un photocall. Otros detalles son más amargos: Stieg Larsson trabajaba como independiente y empezó a escribir en sus horas libres para asegurarse unos ahorros para la vejez. Ese ritmo de vida le acabó provocando un infarto y es posible que su compañera de toda la vida, Eva Gabrielsson, no reciba jamás su parte porque se le olvidó testar.
Hay mucho de Stieg Larsson en Mikael Blomkvist, uno de los dos protagonistas principales de la trilogía ‘Millenium’. Larsson y Blomkvist comparten edad y profesión, una biografía similar, y los dos están al frente de una revista de investigación independiente (El Millenium de las novelas es un remedo de la cabecera fundada por Larsson, Expo). Además, dicen quienes le conocieron que comparten rasgos de carácter: meticulosos, carismáticos, orgullosos de su capacidad de trabajo y dominados por un afán de justicia social.
El juicio por difamación al que se enfrenta Blomkvist al comienzo de “Los hombres que no amaban a las mujeres” por ejemplo, reenvía al que tuvo que hacer frente Larsson en vida y que igualmente perdió. Pero hay una diferencia sutil en el oficio de ambos hombres, y es que Blomkvist se dedica al periodismo económico, si bien en su faceta más social. Larsson se inició en la revista antifascista inglesa Searchlight y nunca abandonó esa línea de trabajo, dedicándose en los años setenta y ochenta a documentar el mundo de la violencia racista y de extrema derecha.
Sus primeros reportajes, por ejemplo, trataban de los crímenes de honor entre grupos neonazis. Una investigación que le haría objeto durante el resto de su vida de amenazas de muerte totalmente creíbles, ya que otros periodistas suecos murieron en atentados perpetrados por estos grupos. El conocimiento que llegó a adquirir Larsson en este campo hizo que lo solicitaran como consultor tanto miembros de su Gobierno como la Interpol. En sus últimos años había comenzado a investigar los grupos islamistas radicales que operan en Europa.
Mucha de la experiencia de Larsson impregna sus novelas. En “Los hombres que no amaban a las mujeres” Blomkvist debe investigar la desaparición ocurrida décadas atrás de la heredera de una poderosa familia industria sueca. Sus indagaciones le llevan a revelar la relación de la familia con el nazismo y su implantación en el país.
En la segunda novela, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina”, se abordan las redes de tráfico de prostitutas de los países del este y las bandas criminales organizadas, en las que entran los lazos entre moteros y neonazis.
Pero no hay que creer que Larsson se limita a dramatizar sus investigaciones periodísticas. Más que en la novela negra clásica, las influencias de su obra hay que ir a buscarla a las novelas de aventuras. Sus dos protagonistas son un homenaje a Astrid Lindgren: Mikael Blomkvist lleva el mote “Kalle Blomkvist” el honor al niño detective creado por la autora. Su compañera Lisbeth Salander, en cambio, surgió según el propio Larsson de esta pregunta: ¿Cómo sería Pippi Calzaslargas si hubiera crecido en la sociedad actual?
El personaje de Lisbeth Salander es sin duda la creación que marca el diferencial de la obra de Larsson. Una joven conflictiva y compleja, traumatizada, antisocial, con rasgos autistas y mucha agresividad. Pero al mismo tiempo con cualidades intelectuales que la convierten en una hacker temible. Mediante Salander, Larsson puede ponerle rostro a las víctimas de la marginación social y de la violencia machista, y cumplir su ideal de justicia social ofreciéndoles la revancha.
Lo que caracteriza tan bien a Salander en “Los hombres…, ese equilibrio entre voluntad y vulnerabilidad que articula su psique fragmentada, se echa a perder lamentablemente en La chica… con un desarrollo del personaje en el que la novela de aventuras arrolla al realismo social. Hacia el final del primer libro Salander ya se había convertido en omnipotente, pudiendo arruinar la vida de quién quisiera con sus habilidades informáticas. Pero en el segundo la vemos realizar hazañas físicas que sobrepasan lo verosímil y lo humano.
“Los hombres que no amaban a las mujeres” es una novela de intriga excelentemente construida, respetando las normas clásicas de limitación de espacio y número de sospechosos.
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